Ahora que la tecnología nos acompaña, he rescatado un tema para compartirlo mientras leen este post, un tema que se escuchó mucho:
En cada misión mi grupo ha inventado alguna canción... y esta ocasión no iba a ser la excepción... creo que cantar en algunos momentos cuando las pilas están baja nos sube mucho el ánimo.
Abusar sería contar cuanto esfuerzo hicimos después de misionar para salir al sur. El lugar estaba fijado: Panguipulli.
Así que ese día, muy temprano llegamos hasta la iglesia con nuestras mochilas (algunos se habían quedado dormidos), pero en fin... fuimos los que Dios quiso.
El viaje fue de lo más normal hasta que al llegar a Coipulli, el humo no nos dejó ver más allá de nuestras narices. Nosotros que veníamos atrás jugoseando parecíamos charqui ahumado. Este taco fue el primero y el único.
Nos pareció un balde con agua fría, pero... no desaprovechemos esta oportunidad. Así que esta foto no está trucada, jajaja.
Mirando ahora, ya que han pasado varios años, creo que aquello fue Providencial, pues el quedarnos un poco más fijos en Panguipulli, el tiempo nos llevó a la oración, al compartir, a caminar, etc.
Sí, recuerdo que muchos (no todos), nos escapábamos para rezar en el templo, otras veces nos escapábamos al centro a entretenernos, en fin... fue igual de genial como los otros años.
Pero, como decía oración fue nuestro fuerte. Los que tenían servicios debían dejar todo listo antes de la oración (implicaba levantarse tempraño). Los servicios fueron distribuidos por equipos, todos tuvimos la oportunidad de preparar el desayuno, almuerzo o la once-cena.
Un equipo estaba detrás de la oración... otro equipo más lúdico creaba las intancias de compartir, así que jugamos, como años anteriores, al amigo secreto.
Las siguientes fotos la llamé oración. Éramos demasiados como para caer en una foto, pero se quiso guardar los rostros de todos los jóvenes que asistieron ahi. En esa ocasión hablamos de la santidad, en especial recuerdo que mencioné a San Pablo, como testigo y apostol. El documento papal post jubileo estaba estrenándose en nuestro mundo juvenil.
Bueno, esta tercera versión del paseo en Panguipulli tuvo una mayor participación del grupo con la comunidad, es así que participamos no sólo en una Eucaristía en el hospital de Panguipulli junto a las monjitas... sino además estuvimos en una misa en el templo Parroquial, cosa que no habíamos vivido en paseos anteriores (obviamente pues nunca viajamos los fines de semana). Recuerdo que las chiquillas del coro del Tucapel cantaron en la misa y el tema de reflexión lo recuerdo siempre fue "déjate". Nos sacamos unas fotos como grupo, tenía tres, pero para que no se rían mucho de los que salieron pelirojos, o muy gorditos, chascones, pelados, etc... sólo por esto muestro dos:
Continuando con Panguipulli y antes de volver a nuestra tierra. Me acuerdo que, como no teníamos vehículo estuvimos un poco amarrados a Panguipulli, pero, cómo no íbamos a ir a la islita este año?... hubo una solución y es que...fue que paralelamente junto a nosotros (y yo creo que también planificado con anticipación por nuestro párroco) iba don Lalo Rebeco (recuerdan el PM)... entonces, él nos pudo llevar en varios viajes hasta la playita donde está la isla (unos 6 kilómetros de la parroquia aprox.). Así que nos llevó.
Voy a dejar un espacio para una foto, y es cuando hicimos el concurso de quién comía más asquerosamente un trozo de sandía.... y por lo recuerdo... ganó Genaro. En aquella misma playa jugábamos Voleyball y un poquito de futbol. También mi radio cd (la sandía) se me llenó con arena de la playa... pero éramos unos turistas siniguales, no?
Conservo un par de fotos junto al Padre Tomás en la entrada del templo de Panguipulli, una junto a un pequeño grupo y la otra con un partner. Pero aprovecho de cerrar está estadía en Panguipulli: bueno la última noche descubrimos al amigo secreto, no recuerdo a quien le hice mi obsequio (recuerdo que hice unas cartas muy bien fabricadas), pero yo, escogí el regalo que recibiría... y fue una estufita cenicero de madera, grabada con la frase: para mi amigo Waldo de P. Tomás. Bueno, luego meditaba que fabricar recuerdos que digan recuerdo de: Temuco, Valdivia, Pto Mont, etc... es muy fácil, basta que alguién te grabe en la madera (sin necesidad de ir a tan distantes lugares), jajaja.
Nos vinieron a buscar a Panguipulli un bus Anfervi, juramos regresar alguna vez más...
Nunca más volveríamos a quedar en pana, menos en una micro como estas. Se me vienen a la cabeza "vasos vacíos" de los Fabulosos Cadillacs, "abarajame" de Illia Kulliaki and the Valderramas, ohhh también "enamorado de tí" del grupo Glup (que se tocó en todas las radios ese verano)... En fin, creo que fue entonces en el viaje de vuelta cuando pasamos o nos detuvimos un instante en Villarrica. Y comimos sandías.
Bueno, termino ahora con unas fotos de Lican Ray, pues fue nuestra últimas paradas. Estuvimos en la playa un buen rato, algunos subieron al banano (yo no, pero supe que fue super entrete)...ah, se siente uno contento con traer hasta la mente aquellos momentos en el sur. Ojalá volvamos a ir ante que sigan cambiando las generaciones de jóvenes (que es bueno, de todos modos) y los antiguos sólo nos conformemos con la amistad de Jesús los fines de semana, ya que el tiempo y las obligaciones de la vida nos quiere consumir toda la semana. Obvio que debemos continuar y pronto, pues también nuestros pastores (y amigos) a veces parten a pastorear otros rebaños... El P. Jaime y el P. Tito... ahora apoyan a un nuevo grupo de jóvenes en sus respectivas parroquias. Como laicos comprendemos que son ciertas las palabras de San Juan Bautista, respecto a que hay que disminuirse para no ponernos en el lugar del Buen Pastor. Y cierro este post con estas fotos de Lican Ray.