jueves, 1 de junio de 2006

Paseo MIsión Panguipulli '06, viernes 10 de febrero

Último dia de paseo, nadie se enoja.. tuvimos que levantarnos temprano para hacer el último aseo, entregar las frazadas, etc... En el ambiente hay un aire de tristeza y nostalgia, pero no todos lo notan... Recuerdo haber tocado mucho el piano presente en la capilla junto al Nico... así que aproveché el último momento libre para ir a tocar un poco ahí...

Hicimos los bolsos, guardamos cuantas cosas y las subimos al bus... dejamos unos regalos a las monjitas que cuidan el internado (que no son de la misma congregación de la tía de P. Ramón).

El hecho de que teníamos una capillita hizo que no estuvimos presentes en el Templo Parroquial de San Sebastián, como lo fue en años anteriores, pero ahora la acogida fue mucho mejor (según dicen algunas de las autoridades). Sólo nos limitamos a sacar algunas fotos al exterior y yo hice algunas tomas con la cámara.

Estos conversando con un amigo de los que participaban del paseo, le hice partícipe una inquietud no sólo mía, respecto a su menor participación o integración con el grupo entero en comparación con los años anteriores (donde veíamos muchos en él un espíritu inquieto, creativo y más entusiasta), pero en este paseo había brillado por su ausencia. “El cansancio también a veces nos hace tomar otras alternativas para descansar”, fue su respuesta... la que considere una gran verdad, pues, la máquina del mundo y de la pastoral no había cesado para él ni en enero y tampoco en febrero.

Aquel viento de extrañeza nos surgió a muchos de la perfección de todo, estábamos acostumbrados a vivir algún tipo de experiencia como “las panas” que si bien son un mal para el transporte, ya formaba parte de la historia de nuestros paseos... no se pasó hambre, hubo unos hermosos días, mucha oración y misa diaria, compartir con los demás, jugar, salir a dar una vueltecita por las calles de Panguipulli, etc... gracias a Dios, todo fue perfecto... y esto nos extrañaba mucho. No que fuésemos unos pesimistas a la espera de cualquier error... no, pues aquellas experiencias también nos enriquecía, nos ayudaba a ser más empáticos y solidarios.

Pero sólo después de un par de meses hicimos la conexión, si... parecía una despedida.

La foto superior nos recuerda a Chalaudio que por trabajo no pudo asistir.

Tras la partida de Panguipulli nos fuimos por otra ruta, no la cual tomamos al llegar, ahora, andaríamos bordeando los lagos, apreciando los hermosos paisajes sureños. Al llegar a Coñaripe, recorrimos el pueblo con algunos amigos, también había cerca de la playa una hermosa feria. Almorzamos en el bus, unos ricos sandwiches y bebidas... y luego nos marchamos a Lican Ray.

El viaje parecía muy rápido... pero debíamos llegar a buena hora esta misma noche. Al llegar a Lican Ray, nos pusimos los traje de baño y partimos a disfrutar. Si bien no todos se bañaron y no todos fueron a la playita, se sentía un poco dividido el ambiente. En Lican Ray se encontraban también algunos ex jupachinos: la Irmi, el Negro, la titi y la julita pasando unos días de vacaciones... hasta ahí llegó el chico a saludarlos.

Aprovechando unas tarifas económicas, P Tomás, P Alex y la tía Zuni, fueron a recorrer en barco las orillas del lago y conocer las islas privadas. Bueno, nosotros nos entreteníamos ahí en la playa. Algunos ya recorrieron Lican Ray, para dar el último toque a sus regalos.

Decidimos antes de partir finalizar el “amigo secreto”, como verán en las fotos, estuvo lleno de sorpresas, engaño, etc... mucho humor. Es cosa de observar un poco el collage que hice, pues eran muchísimas fotos... jejeje. Este juego no ha fallado ningún paseo, pero la creatividad ha decaído un poco, pues, ya no hay marcianos que nos ataquen, curiosos que nos fichen, etc... pero aquello no es el juego mismo.

Ya al oscurecerse, veíamos el retorno a nuestra región. Ya en Los Ángeles, el primer en descender fue nuestro actual párroco, quien, no perdió tiempo en el viaje para ir preguntando del que será en la pastoral para muchos que decidimos cambiar de rubro... (la Bea, el Lucho, yo y otros que comenzarían este año 2006). Fuimos a dejar a los jóvenes de Judas Tadeo a su parroquia, hubo mucho llanto, amor, pues algunos pincharon con algunas de nuestras feligresas. También nuestro P Ramón pasó a saludar a un hermano que estaba de visita en la casa de su hermana (ahí aprovechamos de fumarnos nuestro último cigarrito).

Al llegar a Tucapel, descubrimos que estaban en su semana tucapelina y con mucho alboroto en la plaza... ahí nos despedimos de nuestros amigos. en Huépil muchos papás esperaron a sus hijos, motivo de muchos abrazos y agradecimiento.
Pero en mi caso, al llegar a mi casa, me encontraba solo, sin tener a quien compartir tan gratos días... entonces, comencé a presionar F5 en mi vida y mi familia. En esta misma semana de paseo había sido el cumpleaños de mi papá, el aniversario de bodas de mis viejos y también estos días un grupo de jóvenes habían entrado a destruir cruces al cementerio dejando serios daños, provocando mucho dolor a las familias, como también a la mía. Mis papás estaban en Santiago, esperando el veredicto de Cereceda. Con todo esto asimilado, me senté en el comedor, encendí la cámara y di gracias por lo vivido a Dios y rogué por que siga estando presente en nuestras vidas.

Fue hermoso compartir con rostros nuevos estas experiencias en el paseo, pues ellos continuarán cuando nosotros tomemos otros rumbos... Qué alegría es saber que aun en las familias se siga comunicando la fe y los jóvenes son capaces de responder a Cristo con entusiasmo. Muchas veces veo a mis amigos salir adelante cuando todo parece ante los ojos humanos adverso, pero es que la fe supera todo lo pensado... “cuan grande es Dios, cuan grande es El”.

"Señor, toma nuestras vidas juveniles antes de que la espera nos degaste... estamos dispuesto a lo que quieras, no importa lo qué sea, sólo llámanos a servir"

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