Si, los días pasaron volando, como cuando te entretienes con un buen juego en tu computador o ves una genial película... ya llegó el viernes y la hora de partir a Chacayal. Preparamos nuestros bolsos, lavamos la loza, a planchar, limpiar un poco, etc...
Con unas semanas de anticipación, la Caro Laurin con su familia decidieron hacer una despedida al Padre Pedro, así que nos integraron a nosotros: Javier, Miguel y yo, a los padrecitos ya invitados. Fue en el callejón de los Sáez, como así le llaman en Chacayal.
Mientras Javier tuvo que ir con el Padre Tomás a Los Angeles, nosotros nos quedamos conversando, mientras que el Padre Pedro, Miguel, Carito, Sebastian y Juan fueron a comer duraznos bajo los árboles.
Nosotros comentábamos el futuro de nuestra parroquia y la de Chacayal, pues no sabemos quien se va a hacer cargo de ella, debido a que el obispo nos encargó la parroquia de Quilleco.
Tomamos once, esperamos un buen rato a quienes estaban afuera, pero llegaron cuando nosotros ya regresábamos a la carretera... volví con mis pilches a mi casa, a compartir... claro que me cobraron los sentimientos ya que estuve algo perdido estos días.
El sábado estuve en casa, sin hacer grandes cosas sino estar en la misa participando. Agradezco a Miguel por su invitación y un abrazo a la tía Hely y a don Miguel... ah y a la Anabella que seguro visitará este blog para ver las fotos.
Saludos para tu familia Carito, bueno, sé que Wilson (su hermano) visita más seguido mi blog, gracias por invitarnos a comer en tu casa.
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